Una de las cosas que más me asustaba cuando estaba iniciando a tocar en la iglesia era… ¿Qué hago mientras estoy en el tiempo de ministración? Peor aún… ¿Y si hay un cántico nuevo? ¿Será que sigo al cantante? ¿pero cómo agarro la tonalidad? esa nota que estoy tocando suena como raro…
1. Usa arpegios.
Los arpegios vistos de una forma sencilla simplemente son tres o más notas que se tocan una tras otra. Si apenas estás iniciando, te recomiendo que comiences a estudiar un poco más sobre tonalidades mayores y que aprendas los diferentes tipos de acordes (especialmente mayores y menores) ya que esta es la base que te ayudará a desenvolver mejor en el piano… Pero si aún así solo conoces los acordes de la canción, con eso bastará.
2. Agrega algunos colores a tus acordes…
Colores suena raro verdad? Pero me refiero a algunas Notas de más que le puedo agregar a mis acordes para que suenen mucho más bonitos y profundos. Aunque es un tema “avanzado” te voy a enseñar de forma práctica y rápida cómo “colorear tus acordes“ A los acordes que son MAYORES, les agrego la tecla que está a dos notas de distancia de la nota principal del acorde. A esto se le conoce como la 9na de un acorde. Para los acordes menores, simplemente bajo dos notas hacia atrás de la nota principal del acorde. A esto se le conoce como una 7ma menor.
3. Cuando sea cántico nuevo
Generalmente se hace al finalizar una canción. Es por eso que como pianistas a veces comentemos el error de intentar seguir la melodía del cantante y digo error porque se necesita tener un excelente oído para poder seguirlo sin cometer errores. Ahí es cuando normalmente nos vamos a botes… Es por eso que mi consejo es que permanezcas con 4 de los acordes (pueden ser los del coro de la última canción) y seas tu quien haga colchón a quien dirige para que pueda fluir libremente sobre los acordes fijos que están allí.
4. Aprende a escuchar.
Aprende a escuchar lo que el ambiente o la atmósfera del momento está pidiendo… Esto suena todavía más loco, pero no se trata todo el tiempo de hacer acordes y tocar fuerte, y llenar de diez mil arpegios… Hay momentos en donde la ministración solo necesita de un acorde, o del sonido de un PAD de fondo y nada más. Pero habrán momentos en donde de repente comienza a subir un poco el volumen general de quien dirige y ahí debes estar muy atento.
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